En la vida cotidiana, todo profesional
que trabaja en una organización lo hace en función a ciertas expectativas,
monetarias y no monetarias, que vienen ligadas al esfuerzo realizado por el
mismo para cubrir sus necesidades y deseos.
Según Terence R. Mitchell,
especialista en comportamiento organizacional, “Si los empleados piensan que
no se les recompensa en forma adecuada y que no pueden hacer mucho para influir
directamente en sus premios, tienden a estar insatisfechos, a trabajar menos y
a ausentarse más frecuentemente que cuando creen que se les está tratando de
modo equitativo”.
Por lo tanto, se puede decir que es de
suma importancia saber las necesidades de cada uno de los trabajadores en una
empresa, para lograr diseñar un sistema de recompensas personalizado que logre
la satisfacción de todos sus empleados, y que este, esté ligado directamente
con las metas y objetivos organizacionales, obteniendo de esta forma resultados
excepcionales que generarán valor a la compañía, ya que contará con empleados
satisfechos y comprometidos con los valores institucionales, los cuales
incrementarán y aumentarán la calidad de la actividad a la que se dedique la
misma.
Por otra parte, se debe resaltar que
las recompensas constantes y obtenidas por metas no relacionas al logro de un
objetivo organizacional, sino por el cumplimiento de un obligación del
trabajador, pueden tener un resultado contraproducente, ya que estos buscaran
aprovecharse de dichos premios al máximo y la institución no observará los
cambios deseados, generando conflictos de intereses dentro la misma.
Dicho esto, es significativo poner los
puntos sobre la mesa al momento de crear un sistema de recompensas, que tanto
la directiva como los empleados estén involucrados en el proceso, y que queden
claros cuáles son los procedimientos a seguir y objetivos a lograr para la
obtención de los distintos reconocimientos y premios. Además, se debe recalcar
que no se puede ser flexible al momento de otorgar las recompensas, solo debe
ser premiado quien en realidad haya cumplido con las metas establecidas, de
forma tal que el resto de los trabajadores se vean motivados a laborar de una
manera más productiva, creando en la empresa un ambiente de sana competencia,
generando una situación de ganar/ganar.
Una empresa con empleados felices, es
una empresa en constante crecimiento y que siempre alcanzará el éxito. Esto,
solo es posible lograrlo cuando contamos con un excelente sistema de
recompensas con el cual todos sus integrantes se sientan comprometidos.
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