jueves, 6 de junio de 2013

El comportamiento organizacional, una tarea de todos y para todos

Por: José Molina

La comunicación organizacional se entiende, según Collado (2003) como un conjunto de técnicas y actividades encaminadas a facilitar y agilizar el flujo de mensajes que se dan entre los miembros de la organización, entre la organización y su medio; o bien, influir en las opiniones, aptitudes y conductas de los públicos internos y externos de la organización, todo ello con el fin de que ésta última cumpla mejor y más rápido los objetivos.


Es así, como podemos evaluar el impacto que generan las personas (staff) dentro de la organización, Hablar de organizaciones alineadas es tener en consideración la estructura, los procesos y los colaboradores que forman parte integral de la consecución de los objetivos organizacionales.

La comunicación organizacional, genera el valor agregado que puede elevar o disminuir el impacto o desarrollo de las ventajas competitivas dentro de las organizaciones, es por ello que el desempeño y esfuerzos deben estar concatenados con el valor e intereses del colectivo y no únicamente de los accionistas o asociados. Es una tarea de todos.

Al respecto,  este comportamiento organizacional, en algunos gerentes tiene mucho que ver con el paradigma,  ya que estos,  son patrones psicológicos que nos orientan en la vida y son muy útiles si hacemos uso apropiado de ellos, pero también pueden, si estos son antiguos u obsoletos, paralizarnos mientras el mundo avanza. Al filtrar la información nueva, nos impiden ver lo que no encaja con nuestros modelos. Por lo tanto, es importante que reconsideremos continuamente nuestras creencias y paradigmas para poder adaptarnos a las condiciones cambiantes del medio. Allí es donde surge el problema, porque a la gente le cuesta mucho cambiar. La suma de las actitudes individuales de las personas que laboran en una organización, y, que a través de ellos, se define la cultura organizacional de la misma.

El  comportamiento es difícil de delimitarlo, sin embargo, poseen características muy bien definidas entre uno y otro, es importante analizar el desempeño del gerente en el manejo del comportamiento organizacional en instituciones educativas, ya que poseen valores ideológicos, institucionales, actitudinales y rituales, sustentando su crecimiento y evolución en la habilidad motivadora del gerente educativo como líder, ya que conoce las necesidades y encausa las motivaciones de sus integrantes, en esta última prevé y corrige sus desviaciones; tomando en cuenta aquellas personas que no son compatibles con la institución, durante este proceso se van desarrollando habilidades y pericias tanto a nivel personal como de equipos de trabajo, generando una vinculación y competitividad entre ellos, lo que facilita la eficiencia en la toma de decisiones y una unidad de identidad a la institución.

Esta nueva epistemología permitirá promover una acción directiva dotada de sentido social donde se integra dialécticamente el plano teórico – filosófico y el plano técnico para lograr la calidad de la gestión educativa.  Asimismo considerará la existencia de problemas imprevistos durante la planeación con su equipo de trabajo, lo que conlleva a efectuar cambios en las estrategias motivacionales las cuales deben basarse en creencias positivas y constructivas, tanto para él, sus compañeros de equipo y la institución que integra.

Así, una vez que los objetivos sean determinados por la organización, los medios serán presentados como planes que determinan el curso de la organización y ayudan a proveer una base sustentable para la obtención al logro. De tal manera, que el gerente educativo debe crear la estructura de funciones y la división de trabajo, considerando el factor humano como eje central del proceso gerencial, siempre evaluando cualitativa y cuantitativamente la ejecución de los planes establecidos, y que a la vez, le sirvan de comparación para determinar si es necesario tomar acciones correctivas que encausen la ejecución en línea con las normas establecidas para tal efecto.

La fuerza del impetu, citada en el arte de la guerra establece como hacer el trabajo del mismo modo en el que moveriamos las rocas. Las rocas permanecen inmoviles cuando estan en un lugar plano, pero ruedan en un plano inclinado, se quedan fijas cuando son cuadradas, pero giran si son redondas.Por tanto , cuando se conduce a los hombres con astucia, el impulso es como rocas redondas que se precipitan por la montaña abajo.Esta es la fuerza que porduce la Victoria.

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