sábado, 8 de junio de 2013

Responsabilidad Social Empresarial en Venezuela ¿obligación, moda o algo más?



Por:Reinaldo José Piñero del Moral

En los últimos años, en Venezuela se ha hecho frecuente oír hablar sobre Responsabilidad Social de las empresas (RSE) y las regulaciones de carácter gubernamental que existen en leyes orgánicas de la nación, como lo es la Ley Orgánica de Prevención, Condiciones y Medio Ambiente de Trabajo (LOPCYMAT)
Ahora bien ¿es este un tema de moda o corresponde simplemente a la atención  que el sector empresarial brinda a una demanda obligatoria del estado? ¿Qué beneficios tiene ser “socialmente responsable”  además del cumplimiento de una normativa?


Para responder a esta interrogante, primero debemos entender qué es Responsabilidad Social Empresarial:
  • Para la Organización Internacional del Trabajo (OIT) la responsabilidad social de la empresa es el conjunto de acciones que toman en consideración las empresas, para que sus actividades tengan repercusiones positivas sobre la sociedad y que afirman los principios y valores por los que se rigen, tanto en sus propios métodos y procesos internos, como en su relación con los demás actores.  La RSE es una iniciativa de carácter voluntario.

La última frase en la definición de la OIT sobre RSE, empieza a despejar un tanto las incógnitas planteadas en principio, ya que claramente se habla de iniciativa de carácter voluntario, entonces ¿por qué tomar esa iniciativa?
En Venezuela, son numerosas las empresas que manejan el concepto de RSE desde hace más de 30 años y se han conseguido evidencias de hasta 50 años de historia. Fundación Bigott, Fundación Polar y Fundación Smurfit, son claros ejemplos de ello. La primera, con un arraigo popular importante, dada la promoción en distintos medios de comunicación y su orientación hacia la exaltación de las tradiciones populares del país y la última, más bien manejada con bajo perfil, pero con loables labores como la Escuela Técnica que funciona en el Estado Portuguesa, dedicada a la educación de niños y jóvenes de escasos recursos, mediante formación semi-interna de los estudiantes.

Ante esta evidencia, responder el porqué del auge mediático de la RSE, quizás esté realmente relacionado con la obligatoriedad, pero a diferencia de lo que pudiera pensarse, nos referimos a la obligatoriedad de difundir la información, ya que efectivamente, esto sirve como estrategia necesaria de las empresas, para dar a conocer, más allá de las comunidades cercanas a las inmediaciones físicas de la organización, las labores que de manera responsable y voluntaria han decidido llevar a cabo.

Otro aspecto importante relacionado al tema mediático, es el de los medios por sí mismos, por ejemplo, en Venezuela se cuenta con una página web llamada www.rsevenezuela.com, la cual está dedicada a brindar información relacionada a lo que el sector empresarial está desarrollando como parte de su responsabilidad social. Los medios televisivos regionales y algunos programas de canales privados de televisión nacional, también han sido parte de este desarrollo.

Ahora bien ¿es beneficioso para una empresa ser socialmente responsable?

En los meses pasados, cuando ocurrió una nueva tragedia sobre asesinatos en un colegio  de los Estados Unidos, el maestro religioso judío Michael Berg, reflexionaba sobre lo acontecido y todo el debate generado en torno a ese tema. Berg, finalmente dijo: “el problema más importante no ha sido discutido lo suficiente. Ese problema es nuestra responsabilidad de los unos por los otros. En el núcleo de lo que conocemos como religión o espiritualidad, está esta importante enseñanza: debemos aceptar la responsabilidad por nosotros, por nuestras familias, por nuestros amigos, por nuestra comunidad y por nuestro mundo. Si pensamos que somos religiosos pero no tenemos este sentido de responsabilidad, entonces hemos perdido la enseñanza básica, a partir de la cual vino nuestra religión”.

Más allá de lo dogmático, adoptar ese concepto de responsabilidad, implica una actuación mucho más profunda que el solo hecho de afirmar o creer que somos “responsables”. Ser responsable es llevar a un sentido práctico, real y tangible un modo de vida orientado a apoyar a nuestro prójimo, el verdadero significado de ser responsable es hacernos cargo de alguien más, distinto de nosotros mismos; el verdadero valor de dar, pero no dar el pez, sino los recursos y herramientas para enseñar a pescar, pero con la humildad de aceptar que en algún momento, pudiéramos vernos obligados a dar el pescado.

No es casualidad, sino causalidad, que los países con mayor índice de desarrollo, los que lideran los indicadores mundiales de calidad de vida y mejor sitio para vivir, entre otros; como son Suecia, Dinamarca, Islandia, Noruega y Finlandia, son los mismos que cuentan con las empresas con las mejores prácticas de Responsabilidad Social. Existen herramientas estándar ISO (ISO-26000) que no certifican, pero brindan una guía para desarrollar un sistema de RSE, orientadas además al desarrollo sustentable. Adicionalmente, está la ISO-14000, dedicada a la Gestión Ambiental y cuya implementación trae consecuencias positivas de ahorro y mejoras importantes de  procesos para las organizaciones. Ejemplo: Dow Chemical y su ahorro de 26 millones de dólares, producto de la disminución de sustancias tóxicas en su proceso productivo.

En nuestro país, millones de venezolanos se identifican con la gestión de Empresas Polar y su constante impulso de valores, dificultando cualquier acción que pudiera ser tomada en su contra, por considerar que sería una acción contra la población misma o en las tierras de Smurfit Kappa Cartón de Venezuela en el Estado Portuguesa, donde los trabajadores y sus familiares, principalmente campesinos, encabezaron una difícil lucha para evitar la expropiación definitiva del 100% de las tierras, basado en la identificación plena con la organización, constituyendo claros ejemplos de los beneficios “intangibles” generados por ser responsables con la sociedad.

Al contribuir en la construcción, remodelación, adecuación o simplemente fomentar el uso de una cancha deportiva, probablemente estemos cambiando el arma que el día de mañana puede ser apuntada a uno de nuestros hijos, por el bolígrafo que mañana mismo esté firmando un autógrafo a uno de nuestros nietos o tal vez, yéndonos a un extremo menos dramático, estemos ayudando a formar un individuo que como nosotros, esté interesado en ayudar a lograr un mundo mejor.

En conclusión, ser socialmente responsable no es una moda, es más bien una tendencia de toma de conciencia, impulsada por la necesidad de desarrollarnos, entendiendo que necesitamos crecer en conjunto, como una gran unidad, saber que somos parte de un mismo núcleo y que nuestras necesidades no son ajenas a las del vecino y viceversa.

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